El calendario festivo está presente a lo largo de todo el año, en todos los meses donde hay diversas celebraciones que hacen la vida más llevadera para los habitantes. La actividad agroganadera tiene mucha importancia en la elección de estas fiestas. Por norma general, las principales celebraciones se realizaban al finalizar las cosechas, y era una forma de agradecer a la naturaleza las bondades ofrecidas. Los motivos religiosos también ocupan gran parte de las festividades, habiendo faustos para difuntos, para alejar a los malos espíritus o para agradecer a un Santo.

Consulta las fiestas y eventos que se celebran en la Sierra de Francia

La despoblación rural está provocando que los municipios desciendan mucho de habitantes en los meses más fríos, mientras que la llegada de la primavera atrae a mucha gente en verano, principalmente en el mes de agosto los pueblos se llenan de descendientes del pueblo y veraneantes. Esta situación conlleva que muchas de las festividades invernales se vayan perdiendo, mientras que las estivales en ocasiones pierden su identidad particular, urbanizándose y unificando las formas de celebrar, llegando en ocasiones en algún pueblo a trasladar fiestas para aumentar el número personas.

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Gran parte de estas celebraciones mantienen su carácter original con distintos ritos como ofertorios, subastas, convites o bailes cargados de gran simbolismo. En todos los municipios durante las fiestas se lucen los mejores trajes, destacando el traje de vistas. Se hacen distintos bailes como los paloteos o el ramo. Se preparan las mejores comidas, se comparte con los amigos y familia y esto hace que muchas de ellas sean Fiestas de Interés Turístico Nacional.

Llevaría mucho tiempo hablar de todas las festividades de los 30 municipios, pero vamos a sintetizar las más importantes realizando un recorrido por meses.

Las fiestas de invierno abren el calendario en enero con la Broma o fiesta de quintos en Linares de Riofrío, con el peditorio de mozos a caballo en Sequeros o, la rifa del marrano de San Antón en La Alberca. Por San Sebastián destacan los toros o las corridas en Valero.

En febrero, la celebración de Candelas se celebra también en La Alberca, Garcibuey y Miranda del Castañar. San Blas es anuncio de gargantillas y cigüeñas y pocos días después la fiesta de las mujeres, Santa Águeda, ofrece el simbólico y ritual baile de la bandera en Miranda del Castañar.

Esa inversión de papeles de las águedas continúa con el Carnaval que traerá tauromaquias grotescas, disfraces, carreras de gallos y fiestas de mozos, finalizando con el esperpéntico Entierro de la Sardina que da paso a la austeridad cuaresmal como paso previo a la Semana Santa

La Semana Santa alberga aún singulares ritos y tradiciones de calvarios y desfiles procesionales. Una religiosidad teatralizada que desfila por las calles y comparte espacio con la incorporación de las Pasiones Vivientes que se representan en algunas localidades serranas como La Alberca, donde con la participación del pueblo han sabido conjugar el elemento religioso con el dramático. El Lunes de Pascua en se celebra en La Alberca, o la quema del Judas en Sotoserrano.

La llegada de la primavera trae consigo el reencuentro con la naturaleza y dan comienzo entonces los alegres días de romerías que transforman los alrededores de ermitas y santuarios en colorida fiesta y cuyas celebraciones se prolongarán durante los siguientes meses.

El mes de mayo es propicio para llevar a cabo la Bendición de campos en Sequeros, la romería de majadas viejas en La Alberca el día de pentecostés y antesala de la festividad de Corpus Christi. Una de las fiestas primaverales, más señalada en estas comarcas es el Jueves de Corpus, actualmente celebrado en domingo en localidades como La Alberca que conserva aún rasgos de su pasado esplendor. Calles alfombradas con hierbas aromáticas, y altares callejeros donde se bendice a los niños nacidos en el año y la presencia de ventanas y balcones adornados con labores de bordado popular y bailes tradicionales.

La primavera deja paso a la mágica fiesta de San Juan, con la recogida de hierbas medicinales, con las predicciones amorosas y con la quema de la sarna en Lagunilla con la hoguera que conserva el rito de la curación de los males.

El verano trae consigo un sinfín de celebraciones entre las que destaca el mes de agosto con una sobrecarga de fiestas patronales, conociendo su cenit con las celebraciones que tienen lugar en torno al 15 de agosto. En La Alberca se celebra el 16 de agosto la Loa, que es un auto sacramental, siendo uno de los más antiguos de España. También animados encierros y toros en Los Santos, o bailes tradicionales en El Cabaco, Santibáñez de la Sierra o Sotoserrano.

En San Martín del Castañar, así como en otras localidades como La Bastida, Casas del Conde, Cepeda, Cilleros de la Bastida, Mogarraz, Linares de Riofrío, Nava de Francia, Santibañez de la Sierra, Sequeros, Serradilla del Arroyo y Villanueva del Conde, se celebran también festividades donde se sigue llevando a cabo la tradición de torear novillos en sus magníficas plazas.

En el mes de septiembre, Miranda del Castañar, se engalana para recibir la festividad de la procesión de los Candiles, en honor a la Virgen de la Cuesta, patrona de la localidad. Desde el ayuntamiento parte una comitiva al compás de la gaita y el tamboril, mientras los danzarines lucen orgullosos su indumentaria tradicional. Las mujeres también deslumbran con sus espectaculares vestidos típicos, acompañados de alhajas, mantones, flores y peinados tradicionales, entre otros detalles.

En el municipio de San Esteban de la Sierra, se celebra la festividad del Cristo,  fiestas grandes de la localidad donde más de 20 peñas de todas las edades abren sus puertas para tomar un vino o una cerveza, o simplemente pasar un buen rato. La fiesta se abre con la coronación de la reina y damas y la “Quema del Castillo” y durante los 5 días siguientes se puede disfrutar de verbenas, convites, juegos y actividades conjuntas por todo el pueblo. El último día a las 9 de la mañana se parte hacia la dehesa de toros bravos a buscar los novillos que serán lidiados por la tarde en la plaza del pueblo. En San Miguel de Valero se celebran las fiestas patronales de San Miguel, consagrando la aparición del arcángel San Miguel en relación con la custodia de los campos y agricultores.

El otoño concentra sus celebraciones en la fiesta de Todos los Santos, con el peregrinaje al cementerio y las meriendas, calvotadas o magostos con el fruto del castaño en Los Santos o Linares.

La llegada de la Navidad se celebra en Sequeros donde el día de Navidad lo reclaman los casados o la que lleva a cabo El Perrero en Nava de Francia el día de Nochevieja. Las fiestas de quintos como La Robra en el Cabaco o la alborada de quintos en Linares de Riofrío dan por finalizado el calendario festivo.

Calendario festivo en el que ha estado muy presente la música de los instrumentos tradicionales de estas zonas, la gaita y el tamboril y la dulzaina y redoblante que acompañan alboradas, pasacalles, ofertorios y bailes de ramos, paloteos, picaos o charradas.