La amplia variedad de ecosistemas propicia el desarrollo de numerosas especies adaptadas a cada uno de ellos. Podemos encontrar más de 5.000 especies de invertebrados y de 250 especies de vertebrados. Esta diversidad animal favorece a enriquecer aún más el valor biológico y ecológico de la zona.

Entre los peces destaca la presencia del Cobitis vettonica, una especie de pez endémico de la Cuenca del Alagón, en la provincia de Salamanca. Además, en la zona también se encuentran buenas poblaciones de trucha, carpa, barbo y bogas.

Estos lugares albergan una notable diversidad de anfibios, con un total de 14 especies registradas. Entre ellas, se pueden encontrar buenas poblaciones de ranas verde común, patilarga y de San Antonio, Salamandra, tritones ibérico y jaspeado, así como sapos común y corredor. Sin embargo, existen algunas especies que son menos comunes, como el tritón pigmeo, el gallipato, así como los sapos partero y pintojo.

Los reptiles están muy bien representados con 24 especies donde la más especial es la lagartija Iberolacerta martinezricae endémica de la Sierra de la Francia y declarada especie en peligro de extinción. Hay buenas poblaciones de lagartijas colilarga e ibérica, de lagartos ocelado y verdinegro, de salamanquesas o las culebras de agua, bastarda o de escalera. Menos frecuentes son los galápagos leproso y europeo, el lución, los eslizones o las culebras lisas, de cogulla o de herradura y la víbora hocicuda en las zonas más altas de la Sierra de Francia.

Las aves encuentran un territorio perfecto para nidificar, lo que ha dado lugar a la presencia de más de 150 especies. Entre ellas, destacan la cigüeña negra, catalogada como especie vulnerable, el águila real, el halcón peregrino, el búho real, los milanos negro y real, el aguilucho cenizo, el cernícalo primilla, así como y las poblaciones de buitres, leonados y negros.

Podemos encontrar 46 especies de mamíferos, siendo las especies más numerosas de roedores y murciélagos, aunque también se pueden encontrar especies cinegéticas, como ciervos, corzos, zorros, jabalíes o la fotogénica cabra montés, cuya presencia es fruto de una exitosa reintroducción en los años setenta. Además, hay una buena presencia de carnívoros, entre los que se incluyen nutrias, meloncillos, tejones, garduña, nutria o gineta. Pero sin duda el mamífero más destacado es la presencia de lince ibérico, especie catalogada en peligro de extinción, cuya población se extinguió a finales del siglo XX y que actualmente está en expansión.

“Si eres un amante de los animales, la Sierra de Francia es el lugar perfecto para disfrutar de la variedad de sus especies”